viernes, 29 de octubre de 2010

El dolor de Cristina


Entera, por momentos emocionada y, por sobre todas las cosas, inmutable, la Presidenta mostró su temple y evitó que los sentimientos personales se proyectaran en cadena nacional.

Un desmayo. Un llamado de emergencia y, de pronto, el ex presidente era trasladado en una ambulancia acompañado sólo por su mujer. Allí, fuentes que presenciaron el momento aseguran que la presidenta jamás le soltó la mano a su marido. Una vez en la sala de emergencias del hospital local, un grupo de doce médicos, dos cardiólogos y cuatro terapistas se pusieron al hombro el trabajo de reanimación del ex mandatario. “No me dejes, vas a poder”, le decía Cristina mientras, desde la misma sala de emergencias, presenciaba las violentas acciones de reanimación. 

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